Trasiegos del pasado, infortunios del presente, enigmas del futuro.

Calles desiertas, murmullos lejanos y sombras de desconocidos. A través de la ventana del tiempo las personas dejan de ser personas para convertirse en recuerdos de un olvido colectivo.
Cuando era pequeña me miraba todos los días en el mueble-bar que tenía mi abuela en su casa y creía que no crecería nunca. Siempre me veía igual.
Ahora miro para atrás y no puedo olvidar los gestos y las sonrisas de los que ya no están, las fachadas de aquellos edificios que hoy no existen, las voces distorsionadas por las arrugas del tiempo, los libros con páginas amarillentas y ese olor inconfundible...
Trasiegos del pasado, infortunios del presente, enigmas del futuro.